Clásico ejemplo de piso de herencia. Una propiedad con muebles antiguos, un estilo totalmente pasado de moda, suelo frío de terrazo blanco o amarillento según estancias, lámparas de otra época, dormitorios interiores con poca luz natural… Todo los componentes para lograr que los clientes huyan de una vivienda así.
Con una imagen así sólo tenemos tres opciones de vender el piso:
El propietario de este piso tenía claro que no quería esperar durante años a ver si le tocaba “la lotería”, y bajar precio no era una opción. Así que nos contrató y el resultado salta a la vista. Vivienda vendida por un 12% por encima de su precio de tasación.
Parece que el piso fue reformado, pero no. Tan sólo se puso un suelo laminado económico, se pintaron paredes y techos, y en el caso de la cocina se aplicó pintura especial de esmalte para azulejos y muebles. A continuación se cambiaron lámparas y se amuebló y decoró con una estética más moderna. Un lavado de cara para ayudar al futuro propietario a imaginarse cual puede ser el resultado tras una reforma.
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